La unión que cautiva los anhelos, la mecha que enciende las pasiones, el tiempo que decide echar el freno en ese preciso momento.
La mirada más tímida, en busca de complicidad, inicia un recorrido estrepitoso y aventurero con una meta clara. Las manos se unen a la travesía, funcionando cual títere en la obra perfecta. El sol y la luna acuerdan una tregua momentánea y deciden adherirse a la escena. Dependiendo de la suerte, como casi siempre, la mecida del mar o el susurro de los árboles funcionarán como directores de orquesta. La única explicación posible es vivirlo, es sentirlo. La droga por la cual se paga el precio más caro, la sinergia más atrevida, el éxtasis convertido en verbo, el más dulce caramelo.
Me sigue perturbando tu hombría, tu desfachatez y sobre todo tu machismo. Cómo fuiste capaz de hacer de un beso la mayor vergüenza del país entero, y por encima de todas las cosas, cómo fuiste tan ingenuo de pensar que ella querría que sucediera algo así. Me alegra que el mundo se te haya echado encima, y que compartas pena con la tertulia más rancia. Solo pido que tu estupidez sirva para concienciar y seguir avanzando y que tu acto no quede impune.
No existe mejor sensación que la del beso mutuo. Besar es amar, es vivir. Que nadie juegue nunca con vuestros besos, porque son la mejor arma que existe para vaciar en quien queremos nuestro cariño, y son el camino al abismo de la felicidad.
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